jueves, 19 de septiembre de 2013

Sobre perder un hijo y ganar un ángel


Cuando supimos que esperábamos nuestro 4to bebé, sentimos muchísima alegría, después de tener tres hijos seguidos, nuestra experiencia como padres nos hace disfrutar más de ellos, dejando atrás miedos e inseguridades. Aún así nunca se puede estar preparado para la pérdida de un bebé.

Tenía 12 semanas de embarazo y sentí un calambre extraño, en este momento ya mi corazón de madre sabía que algo no andaba bien. Una hora después, estaba en la sala de espera del hospital con sangrado, me llamaron a evaluación, me hicieron un examen de embarazo, esperé dos horas por el resultado, después pasar a un ultrasonido, esperar otros 40 minutos por el resultado del ultrasonido, para confirmar que mi embarazo era un embarazo anembrionico, después de cierto tiempo mi BEBÉ dejó de crecer. Recalco bebé porque desde ahí inicié un viaje tormentoso por la insensible y la ausencia de empatía total por parte del personal medico.  Mi hijo no era considerado bebé, para ellos era solo un "tejido" que debía expulsar.

¡No sé cuantas veces durante los siete días que estuve en el hospital, tuve que repetir que creo en la vida desde el momento milagroso de la concepción!.  Debido a la creencia meramente científica de los médicos, a mis compañeras de cuarto y a mí no se nos permitía mostrar nuestra verdadera aflicción, no teníamos derecho a sufrir, porque no teníamos bebé, ni habíamos perdido uno.  Tal vez nos decían esto para darnos cierto consuelo, a su manera, aún así nada más alejado de la realidad que estábamos viviendo todas.

La primera noche siempre era la peor, con cada compañera nueva que llegaba, llegaba también una noche de llantos y quejidos, las que ya teníamos varias noche allí llorábamos de nuevo, era inevitable; como mujeres siempre he pensado que tenemos esta especial conexión entre nosotras, nuestra sensibilidad con los demás, con el mundo que nos rodea, ¡no es nuestra debilidad como nos hacen pensar, es nuestra mayor fortaleza!, nuestro poder de conexión con otro ser humano, incluso más en los momentos de dolor. Yo me había conectado con mi bebé en las primeras semanas y sentí en el momento exacto en que dejó de estar en mí.

Nuestro sufrimiento era real, aún en aquellas mujeres que habían tenido un embarazo sorpresivo, inesperado, se sentían igual de dolidas, el dolor era el mismo, lloré mucho junto con una compañera que me contó sobre unos calzoncillos del Rayo McQueen, diminutos, que había comprado días atrás.  ¡Llorábamos y reíamos de ver como llorábamos!.  Mis compañeras de cuarto, fueron mi consuelo, entre todas existía un sentimiento de hermandad, surgido del sufrimiento común.

Los momentos más fuertes los sentí al llegar a casa y contestar las preguntas de mis otros nenes: "¿Mamá donde está hermanito?", "¿Mamá por qué Dios se llevó a hermanito al cielo?", "¿Yo también me voy a ir al cielo?", "¿Mamá está enojada con Dios?", está me sorprendió, con un nudo en la garganta y el corazón en pedazos contestar: "No mi amor, Dios nos ama y ama mucho a mamá, extraño a hermanito pero también estoy contenta por que está en el cielo".

Nuestra familia es ahora más fuerte, más unida, el dolor nos hace conocernos, apreciar lo que nos ha sido dado hasta el momento.  Siempre, todos los días recuerdo a nuestro 4to hijo, a quien llamamos Jacob, convertido en ángel, tiene un pedazo de mi corazón, algún día como un rompecabezas, nos uniremos y estaremos completos como familia, en un lugar lejano y a la vez más cercano que nunca.

¡Un abrazo fuerte a todas las familias que han pasado por lo mismo, especialmente a las fuertes mujeres que nos tocó ser mamás de un ángel!


Pd: Durante los días que estuve en el hospital hice un bordado para el bebé. Las damas voluntarias decían que nos ayudaba a concentrarnos en otras cosas.


Enlaces:
Carta a las Mujeres, Papa Juan Pablo II
Embarazo Anembrionico

3 comentarios:

  1. Yuli parce muy duro yo se pero como nunca habia oido ese termino me puse a leer en internet y me parecio claro el por que los medicos decen que no perdieron ningun bebe ya que este nunca existio. Aqui le dejo algo que encontre en internet-

    El embarazo anembrionado o huevo anembrionado es un problema muy frecuente. El 50% de las pérdidas del embarazo durante el primer trimestre están asociadas a esta causa. Si preguntas entre tus amigas o familiares, verás que alguna vez, lo han padecido. El embarazo anembrionado o anembriónico es un óvulo que es fertilizado y que luego de implantarse en la cavidad uterina, se desarrolla únicamente el saco gestacional pero sin desarrollarse el embrión en su interior. En palabras más simples es como si fuera un embarazo sin bebé.

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    1. Si tía eso dicen los médicos, la ciencia, pero yo como cristiana católica creo en el inicio de la vida desde la fecundación, para mí, si hubo un óvulo fertilizado hubo bebé! Aunque no haya llegado a tener dedos o piernitas, un óvulo fue fertilizado, aún así hubiera durado un día, para mi ese era mi bebé.

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  2. Qué ironía! La ciencia no trata de dar verdaderas respuestas, sólo insiste en responder de manera que puedan excluír a Dios. Si la fertilización (óvulo fecundado por un espermatozoide, cigoto, preembrión,etc) se da "in vitro" ¡Eureka! -diría Arquímedes- encontraron la forma de hacer VIDA. Pero si el mismo proceso se da de forma natural dentro del útero de una mujer, resulta que sin importar si han pasado 6-15 semanas, sin ningún temor dicen los "hombres de ciencia" : No hubo embrión!...
    Sin embargo, para la que gente insiste en esto de desplazar a Dios y creer sólo en la "ciencia"... como gusten... pero: POR FAVOR!!! , no se dejen engañar. Hoy día existen muuuchas posibilidades para informarnos correctamente, fuentes confiables, estudios científicos reales que confirman la vida desde que se unen éstas dos células femenina y masculina.
    No hay excusas... vida siempre hubo.
    Y en el corazón de una mujer un hijo existe desde que concebimos la idea de ser madres, incluso desde niñas, ahí dentro, ya gestamos.

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