jueves, 3 de marzo de 2011

Todo por una merendina...

Parece que fue ayer que Dani salió de mi, que me lo pusieron en el pecho lleno de una capa de grasa, era como una bolita de carne encebada que gritaba mucho; así q verlo ahora sentado en el sillón sosteniendo una merendina de chocolate en una mano y un vasito de fresco en la otra, me hace sentir que crece muy rápido.  Nota que lo estoy viendo y me devuelve la mirada con toda la boca llena de chocolate, me sonrie y hace: hmmmmm rico!. Sí crece muy muy rápido y yo quiero llenarlo de besitos y abrazos y decirle "te amo" y estriparlo duro y no soltarlo (como si sosteniéndolo muy duro no fuera a crecer y salir brincando fuera de mi alcance).

Estaba casi a punto de soltar una lágrima, cuando le conté a Andrés lo que había pensando y visto en Dani, cuando de pronto sin ningún tipo de protección emocional me dice: "Ahora imaginese cuando le alistemos la merienda para ir al kinder!" Casi a la velocidad de la luz lo vi con gabacha celeste, corriendo por unos pasillos, haciendo tareas, escapándose del colegio, entrando a la iglesia, siendo papá!! y ahi ya no pude más... era demasiado!

Me queda claro que no estoy preparada para eso todavía,  pero si para verlo en muuuuuchas ocasiones más comer merendina en el sillón!

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